Te amo allí en el silencio y aún en la noche del viento recio.
Te amo más allá de mis dudas, de mis eclipses de luna o de mis noches sin ella.
Tierna, serena, paciente y solitaria como la esencia de mis días.
Tu aunaste mis sentidos, hiciste mágina mi tarde, la cual deseaba ardientemente la noche, cual relámpago cubría de seda mi espera.
No fuiste un tercero, aunque tampoco un primero, sino el más importante de todos.
Eres mi sonrisa, mis lágrimas cuando surcan mis mejillas. Eres mi vivencia, la conveniencia, la ciencia de mi pensar.
Caminas por cada rincón que fue ignoto a los del pasado e inundas cada valle con tu alegría.
Tú, dicha de mis días. Latidos inesperados, sentido de mi vida. Tú que en un abrazo haces perder importancia al mundo y haces deterne el tiempo en un espacio muy profundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario